domingo, junio 24, 2012

La Potencia de lo que Decimos



Lo que decimos se convierte en una auto-profecía a favor o en contra de nosotros mismos.  Debemos ser cuidadosos con las cosas que decimos.  La Biblia dice que la vida y la muerte están en poder de la lengua y que el que la sabe usar comerá de su fruto.  Para mi la palabra que decimos es similar a la semilla.  La semilla se siembra y da su fruto, de igual manera la palabra se habla y produce las consecuencias de la misma.  Soy de los que si la gente me escucha a veces creerán que estoy hablando o diciendo locura.  Digo cosas como: “tengo dinero”,  “tengo de sobra”.  Si es una situación negativa o lo que muchas personas considerarían negativo; entonces me escucharas diciendo cosas como: “wow que bueno que esto ocurre, así aprendo tal o cual cosa”.  Con el tiempo he aprendido que todas las cosas que experimentamos en la tierra son pasajeras, por lo tanto las experiencias negativas solo sirven de lección.  Si somos cristiano el fin siempre va a ser positivo.  Incluso cuando el fin es la muerte, que muchas personas lo ven como algo negativo, debemos de entender que es lo más positivo que le puede pasar a un ser humano.  Pero obviamente dirigido y en el tiempo de Dios.

En cuanto a la palabra hablada te invito a que hagas un experimento.  Te invito a que te dediques a realmente escuchar las personas que te rodean e identifiques a esta única persona que se pasa alrededor de nosotros quejándose constantemente.  No importa que esta persona sea cristiana (los cristianos también lo hacen).  No importa que sea un compañero de trabajo, pero intenta de que sea una persona adulta que tenga ciertas responsabilidades y escúchalo por un periodo de una semana (si resistes).  Identifica las quejas de esta persona.  Escucha todo lo que dice y si puedes toma nota de lo que esta ocurriendo en su vida en comparación con lo que se está quejando.  Algo vas a notar en este ejercicio y es el incremento de las cosas de las cuales se aqueja.  Por ejemplo si se aqueja de dolor, vas a notar que “el dolor” es mas agudo.  No estoy diciendo que uno no se deba de quejar si uno tiene dolor.  Lo que si quiero decir es que con uno quejarse en realidad lo que logra es un efecto multiplicador de ese dolor.  En lugar de quejarnos lo que deberíamos hacer es declarar.  Declarar la sanidad de Jesús para nuestras vida, declarar que por sus llagas somos sanados y cosas similares que se encuentran en las Escrituras.  Es el poder de la palabra hablada en acción.  La queja incrementa el dolor o la situación por la cual estés pasando, mientras que la declaración de la palabra y más aún si es la Palabra de Dios tiene siempre un efecto positivo sobre nosotros. 

Este proceso de declaración de la Palabra de Dios es efectivo para cualquier situación de nuestras vidas desde el que está atravesando por problemas matrimoniales hasta el que quiere bajar de peso.  ¿Acaso no saben ustedes que ustedes son imagen y semejanza del Altísimo?  ¿Acaso no saben ustedes que el Altísimo hizo todas las cosas por el poder de su palabra?  Dios hablo y se hizo la luz.  Dios hablo y se hizo el Sol, las estrellas, la Luna… todo, hasta los seres humanos.  Dios nos invita a hacer uso de ese don de la palabra.  Dios no es un Dios de queja.  Dios es un Dios de propósito y resultados.

Hace algún tiempo aprendí que una de las leyes universales que controlan nuestro mundo es la Ley del Contagio.  Esta ley es como la de la gravedad que aunque uno no la ve, cumple su efecto.  Si no crees que existe la Ley de la Gravedad eso no va a hacer que ella no funcione.  Ve y trépate a la torre más alta del mundo negando en tu corazón la existencia de la Ley de la Gravedad.  Niégala con todo tu corazón.  Niégala con toda tu mente.  Niégala con toda tu alma.  Llega al tope del edificio de la torre y lánzate… créeme que por mas que la hayas negado porque no la vez como algo físico o material esta ley como quiera existe y tiene su efecto.  Esta otra ley, que llamamos la Ley del Contagio dice que todo es contagioso.  Patch Adams hacía que algunos se rieran y luego todos en un salón terminaban riéndose, esto como resultado de sus investigaciones traía sanidad física y emocional.  Entra a un lugar con cara de enojo y veras el tipo de servicio que vas a recibir.  Entra con una sonrisa y es muy probable que se te asista con una sonrisa.  Y si quieres irte mas allá y probar esto de la Ley del Contagio en estos momentos acércate a alguien y comienza a bostezar constantemente y te darás cuenta que en cuestión de un momento esa otra persona también comenzará a bostezar y te dirá… “me lo pegaste”.

Traigo esto de la Ley del Contagio a colación porque esta Ley va muy de la mano con la palabra hablada.  Si nos dedicamos a la práctica de una manera de hablar positiva, energética y con entusiasmo, aquellos que estén alrededor nuestro lo van a notar y automáticamente comenzarán a cambiar su forma de hablar y de expresarse.  Creo que Puerto Rico y el mundo está demasiado lleno de negativismo y los cristianos somos los que estamos llamados a pronunciar la esperanza.  Así que no importa por lo que estés atravesando comienza a declarar esperanza en el nombre de Jesús.  Comienza a cambiar tú mundo por medio de tú palabra.  Es un don que te ha dado el cielo para ti y no deberías negártelo.

Te invito durante esa semana del ejercicio con el amigo (a), a que también trates de influir la conducta de esa persona.  No directamente, pero con lo aprendido en este artículo.  Mencionando los buenos días, usando modales y demostrando nuestros valores, valores que son del Reino.  Además utilizando nuestra boca de manera apropiada.  Hay poder en las vibraciones que causan nuestras cuerdas vocales en el mundo físico.  Al igual que la música tiene un efecto sobre nuestro cuerpo y sobre nuestra manera de pensar.  Incluso la música tiene un efecto tan grande que pude cambiar la perspectiva de cómo vemos las cosas.  Lo mismo ocurre con tu voz, con la alabanza y adoración a Dios.  Cambias la perspectiva y comienzas a ver las cosas desde una perspectiva divina, de la manera en que Dios quiere que veas las cosas.  Hoy al momento de escribir este articulo yo soy el resultado de las declaraciones de mi boca y la de otros a mi favor.  Hoy soy un hombre que no fuma, esto por una continua declaración.  Soy un hombre alejado de la bebida, gracias a la declaración y por último soy un hombre libre gracias a la declaración de la palabra.  Esta es mi experiencia personal.  ¿Tienes algún testimonio déjanos saber en los comentarios?  Si leíste este artículo, te gusto, lo pusiste en practica y te funcionó… también déjanos saber.

-Dios te Bendiga

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