Antes
el asunto de la guerra espiritual no era tan aceptado en las Iglesias. Cuando el concepto comenzó con aquellos
libros como los de Rebbeca Brown, Ed Murphey y Peter C. Wagner muchas de las
iglesias se mostraban escépticas. Hoy es
una realidad de nuestro diario vivir.
Continuamente nos damos cuenta de que como cristianos hay una fuerza antagónica
que se nos resiste para alcanzar las bendiciones de Dios para nuestra
vida. Al ver la sociedad en el estado en
que se encuentra nos hace pensar que algo más allá que lo puramente físico está
ocurriendo.
Efesios
6:12
Porque nuestra lucha no es contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes
de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en
las regiones celestiales.
Entonces nos damos cuenta que no solo
esos autores mencionados al comienzo habían hablado de la Guerra spiritual,
sino que también apóstoles como Pablo lo infirieron en sus escritos. Lo que sucede es que plenamente el concepto
como tal, por ejemplo la palabra Guerra Espiritual no la vas a encontrar en la
Biblia. Pero cuando lees con cuidado lo
que Pablo menciona en efesios se hace una realidad más conceptual. Puedes ver en realidad lo que nos está
sucediendo. Ahí puedes entonces asimilar
la palabra de Jesús cuando dijo que el enemigo vino a robar, a matar y a
destruir, pero que el ha venido a deshacer las obras del maligno. En realidad es una Guerra. Y mas allá cuando logras visualizar que
existen dos reinos uno el de las tinieblas y otro el Reino de la Luz, más aún
se nos hace real que debe de existir un conflicto. El conflicto cósmico de los siglos. Una guerra que comenzó hace mucho tiempo en
la eternidad y que hoy en día está viendo su desenlace en la tierra. Nosotros los hijos de Dios, de igual manera
que hicieron los apóstoles estamos llamados a interponernos en la brecha por la
condición del mundo. Los apóstoles lo
hicieron en su tiempo, así es que el cristianismo se ha llegado a convertir en
el movimiento más seguido de todos los tiempos.
Este asunto de la Guerra Espiritual
es tan importante para obtener la victoria en el mundo y aún así al día de hoy
existen cristianos que lo obvian en sus asuntos cotidianos. De hecho me he visto en ocasiones hablando con
algún cristiano que me ha indicado que ellos hacen de todo menos Guerra
Espiritual por que a esto último le temen.
Otros dicen que no saben hacerlo bien y temen que algo salga mal. Bueno en relación a esto te puedo decir que Jesús
dijo que en su nombre íbamos a sacar demonios.
Algo que se ha perdido con el transcurso del tiempo es el don de llamar
las cosas por su nombre. Esta es una
opinión muy personal e invito a los lectores a debatir sanamente a través de
los comentarios dispuestos en la revista.
Al decir que se ha perdido el don de llamar las cosas por su nombre me
refiero a que con el avance de la ciencia y la medicina por ejemplo a lo que
antiguamente se le llamaba un mal, una malicia o un demonio hoy en día se le
llama enfermedad mental. Solo porque el
hombre se ha tomado la molestia de “investigar” y ponerle su propio significado
a las cosas. Cuando leemos la Biblia
dice que tal o cual hombre estaba endemoniado, o lleno de demonios. Podemos leer también versículos que dicen por
ejemplo “un mal le acechaba” o “un espíritu inmundo estaba con el”. Todos estos nombres de las situaciones que aparcan
en la Biblia el hombre los ha transformado en diferentes enfermedades y les ha
dado un tratamiento que en muchas ocasiones hemos visto que no funciona. Soy de los que creo que las cosas hay que
llamarlas por su nombre. Otro ejemplo es
el asunto del pecado. Estamos pasando
por un proceso histórico tremendo. La
palabra pecado ha desaparecido de nuestro idioma. A no ser que seamos cristianos y que continuamente
leemos la Biblia y asistimos a la iglesia podemos decir que la palabra pecado
casi ni se oye. Y esto es
peligroso. En sociedades pasadas era
natural escuchar acerca del pecado y se entendía que era una condición que afectaba
a la humanidad y de distintas maneras se trataba de remediar con el mismo. Hoy en día al sacar esta palabra de nuestro
lenguaje nos trae a la idea de que el mismo no existe. Nuevamente le hemos cambiado el nombre a las
cosas. He escuchado en algunas iglesias
que para ablandar la cuestión ya no se le dice pecado, sino que ahora se le
dice falta, o falla. Mi hermano el
pecado continua siendo pecado y tenemos que luchar para extirparlo de nuestra
vida. Para eso Dios nos ha dado las
diferente herramientas y armas que componen la Guerra Espiritual o el
ministerio de liberación. Hermano no
deje de practicar la guerra espiritual.
Si no sabe muy bien como es ese asunto de la Guerra Espiritual le recomiendo
a que se siente en oración con Dios y que el le revele las verdades y hasta los
limites en los cuales usted puede entrar en guerra. Le animo también a que visite una iglesia que
tenga un ministerio de liberación con el cual se pueda educar de lo que ocurre
en las atmosferas espirituales. También
le digo que hay diferente tipos de lecturas en la librerías cristiana que
hablan del tema.
Para culminar te cuento lo que me ha
sucedido en los últimos años como parte de lo que entiendo es mi preparación de
parte del cielo en estos asuntos. Últimamente
me he dado cuenta de que no solo los cristianos practican la guerra espiritual,
sino que también las sociedades fraternas que practican el ocultismo por
ejemplo “los rosacruces” y “la sociedad teosófica” contienen practicas y
rituales de guerra espiritual a favor del reino de las tinieblas. Y por lo que he visto estas practicas también
tienen un efecto en el mundo físico, como lo tiene la Guerra Espiritual a favor
del Reino de Dios. He visto como se
practican rituales mágicos para influir en diferentes sectores de la
sociedad. Personajes como Anton Szandor LaVey, Aleister
Crowley, Eliphas Lévi y otros han formado parte de estas sociedades
fraternales. Aún así en el día de hoy estas influyen nuestra sociedad y de una
manera que solo la investigación individual propia nos dejaría ver hasta que
punto.
2 Corintios 10:4
porque las armas de nuestra contienda
no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas…
-Dios te Bendiga
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