No. No, me mal entienda, no es una frase ni actitud masoquista mas bien realista y beneficiosa cuando se aplica correctamente. Y esta es mi propuesta en este artículo: Aprender a apreciar el desprecio cuando el desprecio promueve el aprecio. ¿Trabalenguas? Tal vez. Pero me explico.
Somos seres que siempre buscamos la aprobación de nuestros círculos sociales, la gente que nos rodea. De cierta manera, hemos delegado un súper poder a los factores externos, (las personas), para que afecte nuestro interior. Es tanto el poder que se ha delegado, que hemos desarrollado patologías y afecciones por la carencia de la aprobación. Ahí es cuando vemos los hospitales psiquiátricos y las oficinas de los psicólogos repletas de pacientes con conflictos sicosociales por no haber alcanzado la aprobación de la sociedad, es decir, la poca aceptación de sus familias, amigos, conocidos de lo que realmente son como individuo. Y es tan grave la enfermedad que también hemos desarrollado nuestra propia cura: "Amiplin" , "baños de vaselina y aceite para que todo nos resbale". Otros han desarrollado parajes para que la gente se de la vuelta al mas allá. Otros han organizado las filas: "toma un turno y espera que me importe". Y la lista continua. Pero la verdad, no deja de importar y de crear cierto estado de enojo, desilusión, defraudación y tristeza. Y no es problema sentir eso, el problema es empeñarse en mantenerte sintiendo lo mismo.
Cuando comenzamos a apreciar el que la gente nos desprecie por quienes somos, como somos o que hacemos, comenzamos a movernos en otra dirección de la obstinación y eso es precisamente lo que debe llevar nuestro aprecio. Hay gente que se empeñan en obligar que los amen y los aprecien, y de alguna manera se vuelve una obsesión a algo que pudo ser una etapa mas de desarrollo social. Cuando apreciamos el desprecio que nos hacen, no digo que apreciemos el desprecio como tal sino la revolución que debe causar en ti ese desprecio.
Es como caminar un camino que aparenta ser hermoso, pero es una calle sin salida. Piensa que esa valla al final del camino es el desprecio de otros. Si te mantienes en insistir en crear una senda a través de ellos, no te diré que es imposible, pero prepárate a trabajar duro sin esperar recompensas. Las demás personas no sentirán ni siquiera verán tu esfuerzo ni te recompensaran con la mínima empatía por lo que has hecho por ganarlos. Ahora, si al final del camino, te das la vuelta y comienzas a buscar otra senda, veras nuevos paisajes, nuevas experiencias y una senda llena de mas opciones y mayor crecimiento para ti.
Es que de eso trata la vida, de un camino, con muchas curvas, desvíos, calle sin salidas, virajes en u, entre otras. Ese camino a veces no tiene la mejor carretera asfaltada, y no será el mejor transito para ti, pero cuando el camino insiste en decirte que no debes traspasar por el, entonces date la vuelta y adquiere otra ruta. Lo importante es que no te detengas y aprendas apreciar aun lo que parece inapreciable, pues eso precisamente, te hará mas fuerte para cualquier enfrentamiento en la vida.
-Jomayra De Jesus
4 comentarios:
Muy de acuerdo con tu articulo, no podemos permitir q la accion o aptitud del otro nos afecte. Mii forma de pensar, o mas bien, lo q he aprendido con el tiempo es q cuando me encuentro con una situacion de desprecio asi como lo describes en tu articulo, no permito q esa persona pertube mi paz y tranquilidad, sino q siempre pienso : "de quien es el problema del o mio??" Es de el, ya q no permito q mi tranquilidad se afecte.
Es una buena respuesta, eso muestra madurez. Lamentablemente en Puerto Rico no todos son igual de maduros. Creoq eu Puerto Rico tiene un mal de baja autoestima y esto causa que sean defensivos o reaccionen a las señales del desprecio. Gracias por siempre comentar en nuestros articulos, gracias siempre por tu apoto...
Siempre pienso q cuando tenemos a Jesus en nuestro corazon, no tenemos porque actuar a la defensiva y esto es algo q debemos ensenar a los demas.
Así, es. Mega like it. Nuevamente gracias por seguirnos y apoyarnos. Saludos a toda la familia.
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