La mayoría de mis artículos surgen de una
pregunta. En esta ocasión me he
preguntado:
¿Por qué la posición de la mujer ha sido tan
maltratada y tan controversial a través de los tiempos? Soy mujer y creo que las lectoras podrían
afirmar conmigo al decir que es difícil ser mujer. Me parece que no hay una cultura en que la
posición de la mujer no halla sido motivo de controversia y de escándalo. Por mi parte, yo tuve mi propia controversia
cuando era mas joven (lo recuerdo por que no fue hace mucho).
Recuerdo muy claramente que llegué a
detestar el hecho de ser mujer. No estoy
hablando de mi sexualidad, estoy hablando de mi rol como fémina dentro de la
sociedad en que vivo. No resido en un
país oriental donde se alega que los derechos femeninos son estrictos y
limitados, sin embargo dentro de mi democracia y libertad de derechos civiles,
me sentía así. A esto debo agregar que
desde que tengo memoria he asistido a la iglesia protestante y he profesado mi
fe con devoción (en el pasado hasta con mas devoción de la que debí, cayendo
hasta en el fariseísmo). Pero, a pesar
de todo sentía que dentro de mi mente y mi espíritu se gestaban unas ideas,
funciones y pensamientos que no encajaban en mi cuerpo de mujer. ¿Por qué? La sujeción y la voz limitada de mi
genero según hicieron ver algunos movimientos del sector cristiano me hacia
sentir apretada. Esto se debió a varios
pasajes tales como:
1 Timoteo 2:11-12: “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer
dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”.
1 Corintios 14:34: “Vuestras mujeres callen
en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén
sujetas, como también la ley lo dice”.
Hace un
tiempo atrás, comenté en Facebook sobre la tergiversación de esos pasajes y
para mi sorpresa una amiga a quien quiero y respeto, (de quien omitiré su
nombre pero ella sabe quien es) sin saberlo mencionó algo que en mi pasado yo
había dicho, yo había expresado que no soportaba al Apóstol Pablo. Sí, así como lo lee. Esos cuatro versos hacía que la imagen de
Pablo se viera manchada ante mi.
Al pasar
del tiempo, con oración y estudio, descubrí que a quienes no soportaba era a
los religiosos que interpretan las palabras de Pablo. Al profundizar en lo que son cartas (una
comunicación entre remitentes y destinatarios), en el trasfondo histórico
bíblico-cultural y la cohesión con el propósito y relación de Dios me di cuenta
que las cosas eran muy distintas. No
entraré en mucho detalle de esos factores que me hicieron volver a estimar a
Pablo, pero sí te hablare de tu posición como mujer.
Cuando
estudias la Biblia con mayor profundidad, te das cuenta que estos pasajes a
pesar de que se dirigen a las mujeres, deben ser aplicados también por el
hombre. Por ejemplo, el silencio y la sujeción son dos aspectos que también
deben aplicar al hombre y otros pasajes así lo implican. Así que el peso de la mujer no se encuentra
atada en esos dos versos, sino que toda la Biblia esta dirigida a hombres y
mujeres por igual.
Es por eso
que es importante que como mujeres sepamos cuál es nuestra posición. Se leerá controversial y hasta anti bíblico
para algunos, pero la posición de la mujer no la da el hombre sino Dios. Adán no pidió pareja, Dios vio la necesidad
de una pareja para él, por lo tanto Dios ideó la posición de la mujer y sus
características. Si Dios ideó la
posición nuestra (mujeres), también ideó el propósito.
Ante Dios
nos hay distinción entre hombre y mujer, por lo tanto, al igual que el hombre
nos ha dado una posición de hijas, de herederas, de reinas, de sacerdotisas,
nos dio autoridad, somos nación santa, somos adquiridas por Dios, somos linaje
escogido y todo esta sometido a nuestros pies.
La única distinción entre ambos géneros es la funcionalidad en los
asuntos naturales de la sociedad y el hogar que en nada minimizan la posición
de la mujer, al contrario, la fortalecen al cumplir con el propósito de
Dios. Una mujer que intenta usurpar el
lugar del hombre jamás se sentirá cómoda con si misma. Y no se trata de que los zapatos le queden
grandes, simplemente no son tus zapatos, tus pies no están diseñados para
ellos. Por otro lado, si te sientes
inferior que el hombre, tampoco estarás cómoda, por que simplemente no es la
posición que el Creador te dio.
Una mujer
que no tiene la estima correcta de sí misma, JAMAS va a ejercer ni a disfrutar
de todo lo que Dios hizo para ella.
Vivir fuera de la posición que Dios te da, te hará esclava de alguna
manera, ya sea del orgullo o ya sea de la inferioridad. Encuentra tu lugar en
las páginas de las Escrituras para que puedas desplazarte como lo que eres,
heredera y figura de autoridad de todo lo que tus ojos ven. ¡Ejerce tu
propósito, mujer!
-Dios te
Bendiga
-Jomayra
De Jesús
2 comentarios:
Buen articulo, me gusta mucho, sobretodo lo que dice: "Ejerce tu proposito mujer".
Betsy, Bendiciones.
Gracias por el comentario. Pronto preparare mas articulos para nosotras las mujeres. Creo firmemente que este es el tiempo en que nosotras podemos ejercer el proposito de Dios con libertad!
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