miércoles, julio 18, 2012

Esperar (en Dios)



En la cultura que vivimos y de la manera que vivimos se nos hace muy difícil esperar.  Vivimos en la era de los microondas, los teléfonos inteligentes, faxes, emails y restaurantes de comida rápida.  Esto hace que nuestra paciencia como tal sufra de atrofia.  Nuestro sentido de saber esperar por las cosas buenas se ha visto invadido por la continua prisa de un mundo que se mueve muy rápido y que no espera por nadie.  La vida ha tomado la forma que de tal manera aquel o aquella que no se mueva junto a ella queda rezagado.  Y nosotros los seres humanos hemos adoptado este patrón de rapidez y prisa.

Hace mucho que no nos detenemos a pensar agudamente sobre las situaciones que nos pueden estar afectando como sociedad.  ¿Será por esto que no encontramos soluciones reales para nuestros problemas sociales?  Puede ser. 

El no tomar tiempo, el no poder calmarnos para pensar y meditar puede causar que la mayoría de nuestras decisiones estén erradas.  Entonces puede suceder lo peor y es que llevamos nuestro patrón de vida de rapidez a los asuntos divinos.  Metemos la prisa en nuestras oraciones, en nuestras plegarias, en nuestra adoración y hasta en nuestros cultos y servicios.  El Dios eterno no tiene prisa y no conoce la prisa.  Sus propósitos ya están designados a cumplirse en su tiempo, no en el nuestro.  Pero el patrón de vida que llevamos no ayuda a que podamos ver la mano de Dios en los asuntos, porque queremos que Dios trabaje a la prisa, al tiempo de nosotros. 

¿Cómo vamos a querer encajonar a un Dios eterno al tiempo de los hombres?  Dios está por encima de todo tiempo.  Para Él... [el final es solo el comienzo y el comienzo puede ser el final].

Una vez Dios le dijo a un hombre de la misma manera en que te dice a ti en el día de hoy:

"Estad quietos y reconoced que yo soy Jehová".

Este verso Bíblico es una invitación a la calma, a la quietud, es un llamado a evitar la prisa de este mundo y entrar en la espera en Dios.  Este verso nos enseña a entender que Dios tiene el control de todas la cosas.  Que aunque el resultado de la prisa en este mundo ha sido la incertidumbre, el resultado de la espera en Dios son propósitos perfectos en la perfecta voluntad de Dios.

-Dios te Bendiga

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