Últimamente he quedado impresionada de
cómo los cristianos separamos la experiencia que se vive dentro de las cuatro
paredes del templo de la vida real. Es
como si esa experiencia fuese reservada para un lugar o para nosotros mismos y
egoístamente la mantenemos allí. Sí, tu
y yo hacemos eso de alguna manera u otra.
¿Como lo hacemos?
Tomaré por ejemplo el domingo que es el día
en que mas común se reúnen los cristianos.
Te levantas de dos a tres horas antes del servicio para arreglarte lo
mejor posible, vestir la mejor ropa.
Enciendes el radio con música cristiana especialmente de alabanza y
adoración para ir preparándote desde tu hogar.
Biblia en mano, enciendes el auto para escuchar más música cristiana y
al llegar, saludas a todo el que este en tu camino de forma fraternal. Buscas tu lugar preferido en la iglesia, te
arrodillas, presentas tu vida y el servicio, luego comienza todo el servicio de
oración, cánticos, porciones bíblicas. Luego
viene la exhortación de la palabra donde muchas veces te confrontan a la luz de las Escrituras cuando se reafirma
que Dios salva, sana, restaura y viene pronto.
Termina el servicio y con sumo gozo regresas a tu hogar. Decimos:
“cargué batería para la semana” y allí termina la experiencia.
Comienza el lunes, que secularmente
llaman el día mas difícil aunque considero que contienen las mismas
características que los otros seis días restantes. Comenzamos a proclamar la pesadez, el mal
humor, las malas actitudes de la gente, no saludas a nadie para que no se te
agrie el día, mas el ajetreo del día y
toda la boquita que utilizamos para adorar desde que nos levantamos el día
anterior al encender el radio, comienza a proferir palabras contrarias a las
del domingo. Entonces, ¿para que se
asiste realmente a la Iglesia? ¿Será que
nos hemos conformados con esas dosis momentáneas de servicio? ¿Sera que se nos olvida que la vida del
creyente es un proceso en donde ocurren etapas de desarrollo que hay que
vigilar y fomentar? ¿Será que nuestra
relación con Dios solo tiene días de visita como los horarios que nos dan los
padres para que nos visite el
novio?
Mi intención no es criticarte. Créeme que me autoevalúo mientras escribo
este artículo. Me parece que nuestra
relación con nuestro Dios debe ser no solo personal sino viral. Como un virus que todo nuestro cuerpo sufra la
manifestación de Dios. Como un virus en
que no solo nuestro cuerpo sufra sino que todas nuestras actividades se vean
afectadas por El. Y si bien como un
virus, no basta que nuestras actividades se vean afectadas sino que podamos
afectar al mundo que nos rodea con la experiencia de vivir por Cristo.
No habría que decir que servimos a Cristo
ni que vamos a tal o cual iglesia, sino que nuestro diario vivir sería nuestra
carta de presentación. No solo eso, sino
que una vez comenzamos a vivir con el mismo gozo que produce el servicio del
domingo, comenzamos a trasformar el ambiente en que vivimos resultando en un mundo
mejor. Procura, que tu servicio sea
diario y constante. Haz de tu vida un
servicio dominical. Se un agente
contaminante de lo que es una vida santa y agradable.
Esto no significa que no tengas días
malos, puede que sí tengas muchos pero tu fe ni tu carácter cede ante la
opresión, el desanimo, y las mala actitudes que puede producir la angustia. Mantente firme y confiado de todas las
promesas que aparecen en la Biblia. Cada
promesa está ahí aun cuando parece no llegar el día de su cumplimiento. Cada palabra que Dios dijo, fue
conscientemente dicha aun sabiendo que hay días que no son los mejores.
Comienza tu mañana adorando a Dios,
equipándote de toda su armadura, ora en todo tiempo y ante la primera persona
que veas, salúdalo con el mismo amor fraterno que a tus hermanos en la
iglesia. Cuando venga la difícil
situación, contamina con la buena palabra, con una buena declaración con un
buen testimonio que diga lo que abunda en su corazón es JESUCRISTO.
-Dios te bendiga
-Jomayra De Jesús
2 comentarios:
Muy cierto lo que dices, considero, siempre que hay q tener a Dios presente en cada momento de nuestras vidas, sobretodo orar en todo momento. Hay que ser consistentes en leer la Palabra, agradecer a Dios cada dia y sobretodo mantener la oracion para mantenernos todos los dias como si fueran, todos, domingo. Buen articulo. Dios los bendiga!
Amen, Dios te bendiga mas. Gracias por siempre dejar tus comentarios. La clave para mantenernos conectados a la experiencia del servicio es como dices la oracion. No se trata de una posicion fisica mas bien una comunicacion diaria con Dios.
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