A veces como cristianos queremos ser tan pulcros y "santos" que no nos gusta o no nos atrevemos a aceptar nuestra debilidades. Honestamente debemos aceptar que en cuanto a comportamiento somos muy parecidos a las otras personas y que lo único que nos diferencia de los impíos es nuestra disposición de arrepentirnos por la convicción del Espíritu Santo que mora en nosotros. Por lo demás somos hombres y mujeres como cualquier otro.
Dentro de esta temática pienso en las muchas veces que he dudado de la existencia de Dios, pues claro, lo puedo anotar como una de mis debilidades. O sea dentro de toda la búsqueda espiritual que he experimentado en el transcurso de mi vida hubo un tiempo en el cual pensaba que todo el asunto de la Biblia pudo haber sido inventado para de alguna manera u otra instar miedo en la humanidad o para tener algún tipo de control o poder sobre los hombres. No te puedo negar que llegué a pensar cosas como esas. Obviamente las universidades con su educación "moderna" también instan a uno a inclinarse en esa postura.
Hace poco recordaba los tiempos en que mi mente era invadida por dichos pensamientos y estudiando uno que otro libro leí sobre el asunto de los judíos. Los judíos son el pueblo del pacto de Dios. Lo que me deja ver que todos los imperios, todas las naciones pueden pasar y dejar de ser, pero los judíos con todo lo que han atravesado, incluyendo que los Nazis los querían llevar al punto del exterminio... siguen existiendo. Porque son el pueblo del Pacto de Dios.
Los judíos han visto a innumerables imperios y civilizaciones venir e irse y aun están viviendo para contarlo. Basta con leer los libros de historia para darnos cuenta de todas las civilizaciones que han surgido y han caído, y los judíos siempre han sido. Creo que esto es razón suficiente para ver un aspecto importante de la existencia de Dios y del poder de su Palabra y de sus Pactos. Miramos a Jerusalén que aún está de pie y recordamos que fue pacto a David a quien Dios le dijo que perdurará para siempre. En momentos de crisis de fe miramos a Dios y en busca de una señal sin ningún tipo de miedo podemos mirar al pueblo del pacto que aún se encuentra entre nosotros como señal de un Dios existente en medio de la humanidad, como un Dios que cumple sus pactos y desde ese punto también podemos ver a Jesús quien fue judío y vivió entre ellos. Por medio de este ejercicio de fe podemos reforzar nuestra creencia y estar seguros que Dios está entre nosotros y su palabra es fiel.
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