Ayer pase por lo que llamo un momento de
resplandecimiento o un momento de revelación.
Tal vez lo que comparto contigo en este artículo ya lo has experimentado
antes o es algo común para ti… pero es mi experiencia y quiero aprovechar el
magazine para poder compartirla.
Ayer a través de una lectura de uno de
mis muchos libros pude comprender lo esencial que es el lograr apartarnos de
nuestro pasado. Sé que el pasado carga
las experiencias de la vida que nos mantienen lejos de cometer los mismos
errores, pero también sé que nuestro pasado carga con la Carga (valga la redundancia), que nos mantiene
estacados y sin muestras de crecimiento o maduración. Muchas veces vi el asunto éste de bregar con
el pasado como algo muy superficial, como una linda teoría por así decirlo,
pero para mi lo que completó la revelación fue el hecho de fijarme en el
presente.
Ok, voy a tratar de explicarlo de la
mejor manera que pueda… vuelvo.
Vivir en el presente, el verdadero
presente. Para que sepas; lo que
experimentamos muchas veces (la mayoría)
no es el presente real, sino más bien una versión del presente pintada con los
crayones del acondicionamiento del pasado y con la repetición continua de
nuestros hábitos se va convirtiendo en costumbrismo. Pronto nos damos cuenta de que llevamos 30,
40 y hasta 60 años que en realidad no experimentamos nada nuevo. Incluso lo que consideramos nuevo (por ejemplo una promoción) la celebramos
bajo el acondicionamiento de “promociones” anteriores. Por lo tanto la experiencia en el presente
vuelve a estar contaminada por experiencias, condicionamiento y hábitos del
pasado. Puedo decir que hemos perdido la
experiencia de vivir en el presente. El
cuarto donde te encuentras ahora mismo está pintado de acondicionamiento,
costumbre y la experiencia del ayer.
Ahora, lo mas asombroso de todo esto es
que dentro del evangelio y las cosas de Dios esto puede ser algo aún peor. Pienso (y
esto es más bien como un asunto lleno de teorías en mi mente al cual le falta
pulirse más aun)… que Dios es un Dios de presente futuro y nosotros sin
embargo nos hemos acostumbrado a una vida de presente condicional (al pasado). La experiencia (…sin limites…) del evangelio (aquello
que habla de lo imposible) se ve limitada por nuestro propio
acondicionamiento del momento presente porque quita nuestra estructura de fe a
los imposibles de Dios (lo sobrenatural
de Dios). De alguna manera hemos
vivido, escuchado o visto la experiencia presente y de antemano proponemos el
final de la misma y esto caduca el efecto sobrenatural de lo que desea hacer
Dios en nuestras vidas que es algo completamente sobrenatural.
Entiendo que debemos coger una pausa en
nuestra vida y experimentar el presente sin luces, lentes, efectos o tonalidades
del pasado. Simplemente experimentarlo
por como es… el momento presente.
Esto lo podemos lograr intentando conscientemente desconectarnos del
pasado… (de los juicios, la voz de la
mente que continuamente amarra todo a experiencias pasadas). Desconectándonos de todo el bagaje del
“pecado pasado”, vergüenzas pasadas e insultos o situaciones que nos hicieron
sentir mal. En mi experiencia me imagine
una gran tijera de plata que cortaba un cordón que me ataba a una personalidad
de pasado y opté desde ahí fijarme exclusivamente al presente. Debemos aprender a apreciar el viento de hoy,
las plantas presentes, el sonido vocal de los niños hoy y hasta la voz de
nuestra esposa o esposo en el hoy sin los matices del horita o …del ayer. ¿Y que con el pasado?
A voluntad y con esa conciencia lo
visitamos para no cometer errores similares y desagradables. Una vez recopilamos la información necesaria,
salimos de ahí (de ese dato de la memoria),
aplicamos lo necesario y continuamos hacia un futuro prometedor, sobrenatural y
sin limites que permite cualquier cambio a nuestro favor con el Favor del Dios
de los cielos ya que no limitamos nuestra existencia hoy al pasado
condicionado. Entonces puedo decir que
soy una nueva criatura, que todas las cosas viejas pasaron, más todas son hechas
nuevas. (2 Corintios 5:17)
-Dios te Bendiga
-Antonio Andino Jr
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