Siempre estamos a la expectativa de que
aparezca esa oportunidad que lo cambiaría todo.
Siempre estamos en el continuo deseo de que las cosas mejoren de alguna
manera u otra. Siempre esperamos. Ahora, conozco por definición de oportunidad
que es un evento que aparece para el cual estamos preparados. Un momento único y deslumbrante que nos
ofrece la vida, pero que a la vez lo estábamos esperando, lo estábamos ansiando. ¿Qué sucede?
Lo importante en este asunto de las oportunidades es la
preparación. Si no estamos a la
expectativa del cambio, sino estamos preparados alguien que sí lo está nos
robara la oportunidad, entonces diremos lo que tantas veces hemos dicho “que
suerte tiene sutano, o sutana. Querido
amigo, no fue suerte. Esa persona estaba
esperando la misma oportunidad que tú, la diferencia es que el estaba preparado
para aceptar, para captar la oportunidad, mientras que tu la viste, como muchas
otras, pasar por tu lado y al no estar preparado la tuviste que dejar
pasar. Así que comienza a prepararte
para es esa oportunidad. Busca dentro de
ti cual es ese sueño que quiere salir a flote, ese sueño que quiere alcanzar su
realización y comienza a prepararte y llegará el momento en que no tendrás que
esperar por esa oportunidad sino que comenzarás a crear esas
oportunidades. La vida misma y Dios
comenzaran a brindar abundantes opciones en las que tu corazón comenzará a
desenvolverse en lo que ya te has preparado según tu sueño.
Hay algo muy común en el tipo de sociedad
que vivimos hoy. Y es que es una
sociedad anti-sueños. Expone como tonto
e infantil el tener sueños, además de que promueve un estilo de vida “mas realista”,
porque hay cuentas que pagar. Ofrece un
sistema en el que te conviertes esclavo de un trabajo, de un jefe, de un
horario mientras asesinas los sueños que muy probablemente fueron infundados
por Dios desde el principio de tu vida.
Cuando crecías, de niño tenías unos sueños, unas ambiciones que durante
el proceso de crecimiento han quedado rezagadas por la vida de adulto. Entonces una vez maduros y adultos nos
mofamos de los sueños que una vez tuvimos y los vemos como cosas
imposibles. Pero si hacemos un análisis
honesto de esos sueños nos vamos a dar cuenta de que hay personas que
actualmente están viviendo lo que nosotros una vez llamamos sueños. Lo que nos lleva a pensar que es algo mas
allá o más acá que nos detiene. Es como
una implantación social de una serie de pensamientos que nos estancan o nos
acomodan a un patrón de conducta ya establecido por valores sociales para que
nos comportemos de una manera en especifico y después de ahí que descansen en
paz nuestros sueños. Es como si la
sociedad o el sistema social nos durmiera en un sueño aún peor del que teníamos
solo para despertar y darnos cuenta de la pesadilla real que hemos tenido
durante tanto tiempo. Crecemos y se nos
van las fantasías o adaptamos unas más acordes a la vida de adultos que ya
tenemos. Pero cada noche nos preguntamos
y nos damos cuenta de que hay algo que debemos completar. Es como que el sueño comienza a gritar desde
la tumba, diciendo que no te puede ir hasta darlo por realizado. Es un anhelo del niño interno haciendo ecos
en nuestra conciencia de que hay algo que debemos culminar. Es el deseo de nuestro ser buscando
prepararse para cuando aparezca la oportunidad dar a luz nuestros sueños.
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