martes, marzo 20, 2012

La oportunidad siempre está de nuestra parte.



Siempre estamos a la expectativa de que aparezca esa oportunidad que lo cambiaría todo.  Siempre estamos en el continuo deseo de que las cosas mejoren de alguna manera u otra.  Siempre esperamos.  Ahora, conozco por definición de oportunidad que es un evento que aparece para el cual estamos preparados.  Un momento único y deslumbrante que nos ofrece la vida, pero que a la vez lo estábamos esperando, lo estábamos ansiando.  ¿Qué sucede?  Lo importante en este asunto de las oportunidades es la preparación.  Si no estamos a la expectativa del cambio, sino estamos preparados alguien que sí lo está nos robara la oportunidad, entonces diremos lo que tantas veces hemos dicho “que suerte tiene sutano, o sutana.  Querido amigo, no fue suerte.  Esa persona estaba esperando la misma oportunidad que tú, la diferencia es que el estaba preparado para aceptar, para captar la oportunidad, mientras que tu la viste, como muchas otras, pasar por tu lado y al no estar preparado la tuviste que dejar pasar.  Así que comienza a prepararte para es esa oportunidad.  Busca dentro de ti cual es ese sueño que quiere salir a flote, ese sueño que quiere alcanzar su realización y comienza a prepararte y llegará el momento en que no tendrás que esperar por esa oportunidad sino que comenzarás a crear esas oportunidades.  La vida misma y Dios comenzaran a brindar abundantes opciones en las que tu corazón comenzará a desenvolverse en lo que ya te has preparado según tu sueño.

Hay algo muy común en el tipo de sociedad que vivimos hoy.  Y es que es una sociedad anti-sueños.  Expone como tonto e infantil el tener sueños, además de que promueve un estilo de vida “mas realista”, porque hay cuentas que pagar.  Ofrece un sistema en el que te conviertes esclavo de un trabajo, de un jefe, de un horario mientras asesinas los sueños que muy probablemente fueron infundados por Dios desde el principio de tu vida.  Cuando crecías, de niño tenías unos sueños, unas ambiciones que durante el proceso de crecimiento han quedado rezagadas por la vida de adulto.  Entonces una vez maduros y adultos nos mofamos de los sueños que una vez tuvimos y los vemos como cosas imposibles.  Pero si hacemos un análisis honesto de esos sueños nos vamos a dar cuenta de que hay personas que actualmente están viviendo lo que nosotros una vez llamamos sueños.  Lo que nos lleva a pensar que es algo mas allá o más acá que nos detiene.  Es como una implantación social de una serie de pensamientos que nos estancan o nos acomodan a un patrón de conducta ya establecido por valores sociales para que nos comportemos de una manera en especifico y después de ahí que descansen en paz nuestros sueños.  Es como si la sociedad o el sistema social nos durmiera en un sueño aún peor del que teníamos solo para despertar y darnos cuenta de la pesadilla real que hemos tenido durante tanto tiempo.  Crecemos y se nos van las fantasías o adaptamos unas más acordes a la vida de adultos que ya tenemos.  Pero cada noche nos preguntamos y nos damos cuenta de que hay algo que debemos completar.  Es como que el sueño comienza a gritar desde la tumba, diciendo que no te puede ir hasta darlo por realizado.  Es un anhelo del niño interno haciendo ecos en nuestra conciencia de que hay algo que debemos culminar.  Es el deseo de nuestro ser buscando prepararse para cuando aparezca la oportunidad dar a luz nuestros sueños.

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