martes, marzo 20, 2012

El cuco del Jesús

Recuerdo que desde niña antes de dormir se cantaba una canción nada tierna que decía: "Duérmete niño, duérmete ya que viene el cuco y te comerá". ¡Linda canción para una criatura que no sabe distinguir la realidad de la fantasía y que ni siquiera sabe como luce un "cuco"! (o "cocó" como en algunos países de Latinoamérica le llaman). Otra versión menos o más cruel dice que "te llevara". No sabiendo si es peor ser comido de una vez y por todas o ser raptado a sabe Dios que te pase.
Entonces para algunos niños comenzaba la religiosa costumbre de revisar debajo de la cama, dentro del armario o en buen español "closet", detrás de las puertas o en cualquier lugar donde como quiera que luzca un cuco pueda esconderse (aunque no halla idea ni siquiera de qué tamaño es).
El punto es que los primeros minutos de reposo en la cama se lo dedicábamos a meticulosamente evaluar cada ruido que por mas mínimo que sea se escuchara, cada sombra sin importar que sea de un mosquito sediento de nuestra sangre. No importa, cualquiera que fuese la señal de indicio de la presencia del cuco, seria suficiente como para llamar a mami. En mi caso, nos cubría una protección minúscula de una luz pequeña conectada al interruptor que al menos permitía ver un poco cualquier cosa que pudiese suceder amenazante.
El poder de manipular el miedo puede lograrlo casi todo. La amenaza de no dormir a la hora correcta podía hacer que el cuco (quien se alimenta de niños que no duermen a la hora correcta o los colecciona) es sumamente poderoso para un niño inmaduro.
Ahora bien, me preocupa como es que le cantamos la nana de que Cristo viene y sino te arreglas te lleva el demonio a los niños espirituales. Y es que si bien es cierto que Jesús mismo anunció su regreso, y bien esta estipulada una Tribulación (la pasemos o no, tampoco he de entrar en esos "issues"), bien no fue su mensaje central ni el propósito de su vida, muerte y resurrección.
Hoy día, y hace par de años atrás, se ha usado el mensaje trillado de que si viene Cristo y estas haciendo algo malo te quedas. Entonces, miles de personas persuadidas por estas palabras y acusadas por su conciencia se derraman a moco tendido a aceptar a Cristo por el miedo de quedarse haciendo tales cosas que por lógica no recibirán una buena recompensa. Y señoras y señores, no estoy diciendo que debamos omitir el predicar del Regreso de Nuestro Señor, sino que dejemos de utilizar el miedo a perdernos, el miedo a la Tribulación, el miedo al Castigo eterno para que la gente acepte a Cristo.
En otros artículos he mencionado que nadie quiere ser amado por miedo. Nadie. Ni siquiera Dios. Hemos, de alguna manera, dejado de creer en el poder efectivo del Espíritu Santo. Jesús dijo en Juan 16:8 refiriéndose al Espíritu Santo o Consolador: "Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio". Nuestra tarea sigue siendo la misma tarea que los Apóstoles y discípulos ejercieron bíblicamente y escrita en Mateo 28:19-29: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén".
Ahora compara el libro de los Hechos, las Epístolas y notaras que su mensaje se concentró en el Acto de Redención de Jesús y como vivir en libertad del pecado. Ninguno de estos comisionados utilizó el miedo para atraer masas. Estos hombres simples supieron darle libertad al Espíritu para que convenciera al hombre de que estaba en pecado y llevarlo a arrepentimiento. Ninguno le torció el brazo a nadie, ni le metió el cuco de que sino aceptas a Cristo el diablo te va a llevar por que Cristo te dejara en la tierra para que seas torturado por el demonio. Repito: con esto no digo que no se predique de su regreso ni los futuros acontecimientos, sino que el mensaje simple y poderoso de la Cruz es mas que suficiente para que el hombre se arrepienta de sus pecados y decida ser hijo de Dios.
Así que, si eres de los que se estremece de miedo cada vez que escucha el mensaje del Regreso de Jesús, permíteme decirte que vives un evangelio de terrorismo el cual Cristo mismo puede hacerte libre. Jesús dijo: ""Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 16:25). Si tus intenciones es vivir el Evangelio para salvarte, estas desenfocado. La salvación es la consecuencia de creer a Jesús. Jesús es el camino y ese camino no tiene otro destino que salvación a tu vida. Pero siempre la intención ha sido relacionarte con tu Creador y no aceptarle por temor a correr peligro. El invita a sentarte a la mesa, El invita a hacerte hijo, El no esta pendiente a ver cada vez que te portas mal para borrarte del libro de la vida. El quiere que crezcas saludable espiritualmente, sin miedo a ser condenado, quiere que vivas consciente de lo que es pecado y sus consecuencias para ti ahora mas que en el Cielo/Infierno. El quiere que todo lo que logres hacer lo hagas por Amor a El y no por temor a tu propia vida.
A ti que predicas el Evangelio del miedo. Primeramente, el que prediques no te hace salvo. Jesús dijo de aquellos que alegaban profetizar, hacer milagros y hasta echar fuera demonios en su nombre: "Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" Mateo 7:23. Dice un dicho popular "De buenas intenciones esta lleno el infierno". El que tu intención sea buena no significa que Dios lo aprueba. El que hagas algo que Cristo no te envió en su nombre es ir en contra de El, y para esto Jesús dijo en Mateo 12:30:  "El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama". Es hora de que revises lo que aprendiste. Es mejor sentirse infiel en contra de los que te enseñaron que serle infiel a Dios.

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