Cuando somos niños nos sorprendemos con facilidad. Todo nos era nuevo y nos encantaba. Queríamos experimentar y ver que hay "allá afuera". Nuestros padres, tutores o aquellos que nos criaron nos decían que no hiciéramos algo y nuestro nivel de curiosidad nos impulsaba a hacerlo. Algunas de esas cosas que queríamos hacer no eran malas de por sí, simplemente eran prohibidas porque representaban cierto grados de peligrosidad para el cual no estábamos preparados y nuestros guardianes nos querían cuidar.
Lo malo vino a ocurrir tiempo después, cuando crecimos. Comenzamos a conocer unos NO extraños y autoritarios. Dentro de los salones de clases, dentro de los grupos sociales en que nos pasábamos y la estructura social como tal, respondía a un no extraño y a un "no se puede" que comenzó a calar hondo en nuestro corazón a tal punto que sigue repitiéndose día a día y noche a noche en la voz de nuestra consciencia aún cuando nadie lo está diciendo en realidad. Son los ecos de las prohibiciones pasadas.
Ahí está el eco de lo malo que es el dinero. El eco de lo que debes o no debes de hacer, no por moral, sino que por costumbre, por la tradición, o por como son las cosas, por como siempre han sido. Nuestra mente gravo en piedra indestructible las órdenes sin razón que supuestamente sostenían a la sociedad corriendo, al planeta girando, al suelo sólido. Sí nos salíamos de esas guías, era el final del mundo. Y hoy ya hombres y mujeres, aún son esos NO los que corren nuestras vidas y nuestro mundo. Y siguen en muchos de los casos careciendo de lógica y razón.
Por ejemplo, el dinero ni es bueno ni es malo. El dinero es solo una herramienta de negociación y comercialización que conlleva efectos positivos o negativos en el mundo en que nos desenvolvemos y muchas veces muy necesario para sustentar nuestras vidas y las de aquellos a los que amamos. Así que podríamos descartar el pensamiento que repite como grabadora en nuestro inconsciente que el dinero es malo y todo lo que acarrea es maldad. Creo que Jesús tenía completa razón al decir que el amor al dinero es la raíz de todos los males. Nuevamente, el AMOR al dinero. Es una constante fijación mental, emocional y de actitudes que dicen al mundo que lo primordial y prioritario en nuestras vidas es el dinero y en ese sentido claro que sí, el amor al dinero es la raíz de todos los males. Pero cuando te conviertes en un buen mayordomo administrador de los tesoros de Dios que incluyen el oro y la plata, teniendo tu amor a Dios como prioridad, créeme que el dinero seguirá siendo una herramienta en tus manos para hacer el bien y expresar la bondad de Dios para con los demás seres humanos. El dinero se convierte entonces en testimonio de evangelización a todos aquellos que observan la conducta, la pasión y el amor de un hombre o una mujer de Dios en medio de una sociedad que puede que lo que tenga sea "amor al dinero" cuya raíz es la raíz de todos los males.
Cómo este ejemplo del dinero hay un sinnúmero de otros ejemplos. En algunas iglesias la manera de vestir de una mujer era uno de esos NO que siguen haciendo ecos en su vida y no le permiten tener una vida de paz y de victoria en los asuntos relacionados al Reino de los Cielos. Hay hombres que el dictamen de no dejarse barba estableció uno de esos NO que no los deja tranquilos ni a ellos, ni a sus hijos, ni a sus hermanos en la iglesia. Porque ese No se vino a convertir en el programa que alimentó la computadora cerebral, y hoy es solo un eco causante de angustias en el seno familiar y comunal.
La repetición de estos NO causaron que nuestra sorpresa y el sentirnos conmovidos en la vida cesaran. Ya no más. Estamos acostumbrados a los aspectos más negativos, a los NO más grandes, ya dejamos de ver los sí de cuan bonito puede ser algo, de sí quiero un beso o dar un abrazo al familiar que amo y aún continúa con vida. Los No, nos pusieron límites y fácilmente olvidamos que las promesas de Dios son en el sí y en el amén.
Dios añora que busquemos la energía que está escondida detrás de esos sí. Que volemos al viento con la esperanza de encontrar en la vida aquello que siempre vimos que podíamos ser. De lo que es posible. Y de lo que es físicamente imposible, pero que un Dios vivo puede hacer posible. Conmuevete, sorpréndete, goza, vive y ríe porque Dios está de tu parte. Y la mayoría de esos NO limitantes que tienes en tu mente son ficticios, no son reales, ni existen.
#DiosTeBendiga #AmorSobreTodo #Ilimitados
Antonio Andino Torres
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