Cuando recibes un nuevo día lo haces sin
tener control de lo que sucede. Tú no
controlas el Sol, ni controlas por donde viene el viento o si va a haber
oxigeno en la mañana. Estas son cosas
que salen de la mano creativa de Dios.
Tampoco sabrás lo que va a suceder durante el día, como no sabías lo que
vendría en la mañana. Esta es la importancia
de dedicarle el día a Dios en oración.
Tenemos que reconocer que quien único tiene completo dominio y control
es Dios.
Cuando ores ten en mente que Dios siempre
está trabajando. Jesús dijo: “Mi padre
trabaja y yo lo veo, donde lo veo trabajando me le uno a Él”. Siendo así que Jesús es nuestro ejemplo,
nosotros debemos hacer lo mismo. Buscar
en oración donde Dios está trabajando, lo que Dios está haciendo y simplemente
unirnos a lo que Él ya está haciendo. Si
amas a Dios y respetas y obedeces sus estatutos, no hay manera en que Dios
opere en tu contra. Tú eres su hijo, el
te ama y va siempre a actuar a tu favor.
Usa tu imaginación y junto a tu
imaginación crea un libro profético y expresa en el los deseos de tu corazón,
lo que tu quieres. Recuerda que Dios
puso de antemano cosas lindas en tu corazón para que tú caminarás por ellas. Recuerda que Dios es Padre y que padre en la
tierra si su hijo le pide pan le daría una culebra, más cuanto Dios está
dispuesto a darte a ti lo que tu le pidas, más aún el Espíritu Santo que es tan
precioso.
Siempre recuerda que Dios tiene el
control. No hay nadie mayor a el. No hay nada más grande que Dios. Él es el Creador de todas las cosas. Todas las cosas fueron hechas por Él y para Él.
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