Vivimos en un tiempo que no es fácil ser cristiano, pero es por el hecho de que la misma iglesia o "pueblo" de Dios son los que han construido tantas reglas y costumbres por encima de lo que una vez era sencillo y cada generación que llega le añade sus propias reglas. No es de extrañar que vivimos entonces en medio de una sociedad que poco desea saber de la iglesia y el evangelio, pues ha sido con nuestras formas y maneras que hemos permitido la creación de una sociedad en el estado en que se encuentra. Luego nos atrevemos a quejarnos. No fueron ellos, fuimos nosotros los que le dimos forma al "nuevo mundo" en que vivimos. Lo que queda dentro de las iglesias es una elite que lo que hace es jugar al fariseísmo, juegan a dioses del juicio entre ellos y una sociedad que está en decadencia.
Nos hemos convertido entonces en los primeros en organizar una marcha para tales y cuales causas estamos en contra, y últimamente estamos en contra de todo y de todos, y estamos en contra de todo y todos lo que nosotros mismos hemos creado con el exponente grito desde nuestros ahora lujosos altares. Hemos enseñado a desenseñar. Hemos juzgado y como dice la Palabra con la misma vara que medimos ahora se nos está midiendo y lo peor es que nos enojamos, gritamos y pataleamos cuando ateos con altos niveles de educación nos miden con la vara que usualmente medimos y tenemos ateos enojados con el cristianismo, ex-conversos dando clases a nuestros hijos. Creo que hemos visto la ley de la siembra y la cosecha explotarnos en la cara y burlarse de nosotros. El mundo está así porque la generación que tenía que hacer lo correcto dentro de la Iglesia puso demasiadas leyes, reglas y costumbres de hombres sobre los hombros de otra generación que termino herida con el cristianismo decidieron apartarse, conocieron otras filosofías que son más amigables con los criterios del sistema mundial, se sienten cómodos en esas filosofías que son falsas, pero encuentran sentido en la estructura social que habita el mundo. Al final el cristianismo quedó como el hazme reír nuevamente que pasó y superó una cruzada física solamente para no aprender las lecciones y entrar en una cruzada emocional.
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